En
1563 llegaron a Concepción dos hombres llamados Antonio de Cobos y Pedro de
Oviedo, este último carpintero. Declararon ante el Teniente General del Reyno de Chile que
provenían de una ciudad fundada por náufragos al mando de Sebastián de
Arguello, en 1540. Contaron cómo tras encallar la nave en el estrecho de
Magallanes, bajó toda la gente, excepto trece que se ahogaron. Los demás partieron tierra adentro, hasta encontrarse
con indios a orillas de un "lago largo" a 47º30' Sur. Allí los
hombres se casaron con las indias y fundaron siete pueblos. Oviedo y Cobos vivieron
por años en ese lugar hasta que en una riña mataron a un soldado amigo de
Arguello, por lo cual debieron escapar hacia el norte. En el camino se
encontraron con unos incas, resto de una guarnición austral del imperio
incaico, quienes aparentemente al saber que su reino había caído en manos de
españoles, decidieron pasar la cordillera y vivir libres en lo que hoy es
territorio del Neuquén. Ellos les permitieron pasar, y al fin llegaron a Chile. Este es el único testimonio histórico donde son los mismos Césares quienes
ofrecen información sobre su ciudad. No hay motivo para descalificarlo, porque
en esa primera época, todavía no se había formado la fábula que alimentó la
imaginación de tantos mitómanos dos siglos más tarde. Y los datos que dieron se
corroboran con las informaciones ofrecidas en Lima por otros pasajeros de la misma
armada del Obispo de Plasencia: que una de las cuatro naves naufragó en el
estrecho, y salieron a tierra ilesos casi todo el pasaje, como 200 soldados y
marineros, 13 mujeres casadas, asnos, ovejas y carneros que llevaban. O sea que
estaban preparados para poblar, esa gente no se murió apenas desembarcó. Otra
nave había naufragado antes en la costa patagónica, de esta salieron por el
Colorado arriba y el Curacó quienes poblaron en Lihué Calel. A 47º30' hay precisamente un "lago largo" es el Pueyrredón-Posadas,
que del lado chileno se llama Cochrane. Los antiguos mapas localizan allí a los
"Cezares ou Argueles", por Sebastián de Arguello, su jefe. Mapa francés del siglo XVIII, que localiza a los Césares de Sebastián de
Arguello, a 47°30' de latitud.
Esta
era una ciudad distinta, aunque contemporánea de la Ciudad de los Arboles
pampeana, fundada por Pedro y Juan de Quirós, quienes venían en otro barco de
la misma armada salida de España en 1539. Ambos grupos, el de Arguello y el de
los Quirós, naufragaron a miles de kilómetros de distancia entre sí, por lo
cual no supieron más unos de otros. Según Cobos y Oviedo, los hombres de
Arguello, al internarse tierra adentro, dejaron abandonadas diez piezas de
artillería que no pudieron cargar. Nunca se encontró resto alguno de esa
población... a menos que una historia publicada sin garantías de autenticidad
por un diario de Punta Arenas en 1929 se refiera a ella.